Debimos quedarnos en el bote
la tierra era fría y maloliente.
Debimos haber deslizado la bandera
y secar el suelo.
Debimos despojarnos de nuestra ropa
y encender una vela dentro de nuestros cráneos.
Debimos haber luchado entre nosotros
y salir ambos victoriosos por turnos.
Las muelas tiemblan, las piedras caen al arrecife,
el viento trae consigo hastío y sangre.
Debimos sudar, sudar, sudar
con motivo.
Debimos haber sacado a relucir nuestro cuerpo
y evitar caer en el olvido.