jueves, 13 de agosto de 2015

El poema arde como el Infierno

El poemas arde como el Infierno

Estoy deseando terminar este
poema,
y eso que sólo llevo
cuatro versos.
Estoy esperando a que este poema
se dé por completado a sí mismo,
cuando apenas lleva escrito
ocho versos.

Cuando alcance el verso
final, pretendo enrollar
este papel, como si fuese
una alfombra,
y prenderle fuego a la punta.
Justo
donde pone el título.
Daré caladas y caladas,
inspiraré el humo de la tinta
al punto,
hasta fumarme este poema.

Primero caerán los versos
hasta que quinto -de una sola bocanada-.
Luego hasta el décimo.
Poco a poco el poema
se volverá a completar,
como un puzle,
en mi garganta, estómago
y pulmones.
Quedarán marcados
al igual
que el trasero de una res.

Me voy a fumar este
folio,
y ya llevo
treinta y
cinco versos.

Veré cómo con cada
ráfaga de poesía que
engulliré
el fuego se acerca a mis
labios,
hasta que no quede la más
mínima gota de
los besos que dieron.
Arderán al fin mis
labios, pero
literalmente.
El fuego corroerá, derretirá,
carbonizará e
incluso, endurecerá
mi boca.
Y ya llevo
52 líneas de mierda.

Fumaré mientras miro 
cómo el Infierno corre
hacia mí, y me golpeará en
la cabeza, como un balón.
-Muerte y poesía-
jajajajaja

La bola de humo, mierda,
tinta, fuego y muerte
se precipitará por la
carretera demacrada de la prosa
hasta que ¡BOOM!, se
estrelle en mi sonrisa
embotada en su inexistencia.

Sí, voy a fumarme estos
pedazo 76 versos
como si de la vida
se tratase
y
no pienso hacer con
los años
lo mismo que con 
los versos;
contarlos con cada calada.

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