A escondidas
He
subido a mi cuarto
para
estudiar Geografía.
Mañana
tengo la recuperación
de todo
lo que me negué a hacer
Me
siento en mi silla,
abro el
libro por una página al azar
y me
quedo en silencio
mirando
por la ventana.
Veo
montañas salvajes, la naturaleza
en todo
su apogeo de colores.
Veo aves
que no se tienen que sentar
enfrente
de un libro mudo.
Aves que
vuelan por donde quieren,
sin
tener que seguir un plano regulado
por
departamentos.
Solo veo
libertad
y soy
libre para escribir
al menos
un poema
que se lleve
esta
pegajosa depresión académica.
Cuando
empiezo a escribir
mi mente
vuela,
mi mano
se aleja de mi cordura,
mis pies
pisan un suelo más frío y rígido.
Y mis
oídos...escuchan unos pasos
subiendo
las escaleras. Un sonido
cristalino
por el mármol.
Escuchan
una aproximación maldita
dictadora
y me
entra un escalofrío por todo el cuerpo.
Me
imagino el instante que se acerca;
algunos
gritos imperativos
y unas
arrugas que se infectan de rabia.
El
rostro de mi madre desfigurado
por sus
pensamientos sensatos
sólo
porque en lugar de estudiar los climas
sistemas
montañosos, ríos, el roquedo
(toda
esa mierda estática)
estoy
escribiendo poemas sin futuro
¿acaso
yo lo tengo?
Que si
moriré en la calle y por hambruna
y
lloraré por cometer aquel fatídico
ERROR.
Los
pasos no cesan.
Ya viene
aquel puño de hierro
a
destrozar mi puerta de madera.
Tengo
que esconder mi libreta.
Mi libro
de poemas de Bukowski
El
amor es un perro del infierno.
Los
Poemas
dispersos de
Kerouac.
Incluso
las Hojas de
hierba de
Walt,
y eso
que el pobre no hizo jamás daño
a nadie.
Tan sólo
puedo morirme reflejado en la página 62
de mi
libro de Geografía,
y
esperar que dicha muerte me dé
un
trabajo digno y un sueldo con el que vivir
¿Quién
carajo quiere eso?
No puedo
ni estar deprimido
y llorar
sobre el teclado de mi portátil.
Prefieren
que riegue un libro estéril
antes
que una tierra en la que algo
-es
posible-
crezca.
Del libro "Viento embriagado" (2015)
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