Ciclo del agua
Usamos la cerveza como calmante
para
alguno dolores innatos
como
aquella cosa roja
repugnante
Si se
esconde, por algo será.
Pero
todos los medicamentos
tienen
efectos secundarios;
te crece
pelo por todo el cuerpo,
te
entran unas ganas locas de cagar,
incluso
ya no se te levanta el cacharro.
Usamos
la cerveza como calmante
pero nos
produce unas gran ganas de mear
y
exprimir hasta la última gota de tu verga
hasta
que vuelva a su compostura.
Al igual
que la morfina
la
cerveza
es adictiva.
Y le
coges cariño a mear cada 10 min
y a
olvidar partes de una noche
y al
olor corrosivo de tu propia pota
cuando
sale una parte por la nariz
y
respiras hondo, y más hondo
hasta
que el alcohol torne a aire fresco
y poder
volver al principio de la cadena.
Levantarte
de la taza del váter,
beber
agua del grifo (si funciona),
pasarte
la mano por la barbilla para no dejar
rastro
del ritual que acabar de realizar
y salir
a la calle, o al bar,
o donde
coño estés bebiendo
me la
sopla el lugar—
Todo ese
proceso es adictivo.
Y la
adicción halla su límite en la decadencia.
Todo
preso que se precie
acaba
bailando al ritmo del sonido metálico
de sus
cadenas.
Y
algunos llegan a beber mientras mean—
Yo me
enamoro mientras lloro...
Ésa es
la decadencia más inhumana
del
ciclo del
agua.
Del libro "Viento embriagado" (2015)
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