El beso
Podemos estar toda una vida
buscando por debajo de las piedras,
por los agujeros de las serpientes,
incluso dentro de una cueva,
el beso perfecto.
Un beso que te haga viajar
El beso de Disney.
Estamos días y días
buscándolo,
hasta que los días se tornan
en muerte.
En el lecho nos preguntaremos
si logramos dar ese maldito beso.
Repasaremos mentalmente la lista
de personas con las que nos besamos
y morreamos hasta que nos quedamos
sin agua en el cuerpo.
Puede ser que nunca hubiésemos dado ese beso,
o tal vez varias personas coinciden con el
perfil de “beso mágico” que buscamos.
Pero, amigo, te aseguro que
o lo has dado
una sola vez en tu vida,
o nunca has probado ese sabor.
Si dudas, lo lamento
no has conseguido una mierda
en todos los labios que has mordido.
Son labios secos, fríos
y no saben más que a placer,
no ha felicidad.
Piénsalo.
Si encuentras algo parecido,
en tu experiencia,
a ese beso con alas propias
¡Enhorabuena!
Si no has hecho nada más
que malgastar saliva en paredes
y mancharlas con tu pringue,
en el bar te espero.
Lo que más se asemeja
a ese jodido beso de ensueño
es el roce de una botella de vodka.
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